En paralelo a aquellos puntos turísticos archi-recomendados en todas las guías turísticas, en las grandes ciudades existen algunos rincones encantadores que permiten acercarnos de manera natural y amable a su pulso diario. Viajando les ofrece un paseo por el colorido barrio de Chueca, en Madrid, donde vale la pena soltar el mapa y dejarse llevar.
Una pequeña plaza que le rinde homenaje al compositor de zarzuelas, Federico Chueca, funciona como punto de encuentro ineludible y le da nombre a esta singular área que durante los años 70 era una zona marginal y poco recomendable. Más tarde, en los años 80, la comunidad gay comenzó a adquirir propiedades a muy buen precio, llenando la zona de vida, arte y color. Así fue como abrieron los primeros cafés, como el Figueroa, que hoy es un clásico y sobrevive hace más de 20 años sobre la calle del mismo nombre, organizando algunas de las fiestas más celebradas del barrio.
Otro imperdible es el desfile del orgullo gay que tiene lugar cada junio. Este evento convoca a miles de personas que disfrutan de un singular festejo por las calles de Chueca, donde el respeto y la tolerancia son protagonistas.
Al desandar la calle Fuencarral descubriremos, además de una veintena de tiendas de marcas reconocidas y otras de vanguardia, el mercado homónimo, donde se agrupan pequeños locales de diseñadores y de artistas emergentes.
En cambio, sobre las calles Hortaleza, Pelayo y Barquillo conviven en armonía tiendas de vanguardia, bares, hoteles boutiques, patisseries, sex shops y librerías. Además, allí vale la pena levantar la vista para fotografiar algunos de los balcones más lindos de la ciudad.
Si disponemos de un rato libre es buena idea retornar a la calle Figueroa para perderse por los pasillos del mercado San Antón. Este espacio está distribuido en tres plantas: en la primera encontraremos la mejor selección de frutas, verduras, conservas, fiambres y delicatessen nacionales e internacionales. En la segunda hay puestos que ofrecen delicias para llevar: desde sabrosos mariscos hasta comida japonesa, griega o jugos naturales. En la tercera planta los visitantes podrán sentarse a degustar lo adquirido así como las preparaciones del restaurante La Cocina de Antón, que ofrece un menú sano y fresco.
Para coronar el paseo, lo ideal es buscar una linda ubicación en las terracitas y disfrutar de la perfomance de algún artista callejero o simplemente percibir como el sol de los domingos besa la plaza de Chueca.
Cómo llegar: en metro, bajar en la estación Chueca.
Imperdibles: recorrer las tiendas en busca de ofertas, probar las delicias del mercado San Antón, salir de copas y conocer Libertad 8, otro de los clásicos bares del barrio, que ofrece una completa agenda de espectáculos con actividades escénicas y buen ambiente a toda hora.
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