Estas son sólo algunas de las características y atractivos de República Dominicana.
Sucede que la isla tiene mucho para ofrecer, tanto a los que deseen divertirse como a los que prefieran relajarse o explorar la naturaleza a través de diferentes medios. Uno de ellos es el buceo: el destino cuenta con parajes ideales para practicar este deporte, con sus llamativos arrecifes de corales y un cálido mar de aguas cristalinas.
Así, resultan atractivos destinos para el buceo Las Terrenas, Las Galeras, Sosua, Río San Juan, Punta Cana, Punta Rucia, Cayo Arena, La Caleta, Bayahíbe, Isla Catalina e Isla Saona, entre otros.
En el Parque Nacional Submarino de La Caleta, ubicado a 20 km. de Santo Domingo (en Boca Chica), se encuentra uno de los mejores sectores del Caribe para el buceo. Creado bajo decreto supremo en 1986, ostenta uno de los ecosistemas marinos más ricos y diversos de las costas dominicanas, además de varios barcos hundidos -que se pueden visitar y conforman un refugio artificial para la vida marina-, cuevas y un cementerio indígena.
Islas con encanto.
Otro lugar destacado es La Catalina, frente a las costas de La Romana. Esta isla es un parque protegido y se encuentra reparada del viento, por lo que sus aguas son de atractiva calma.
Una de sus características es una cadena de rocas que forman un muro natural, con una profundidad cercana a los 100 m. Otra zona ideal es el Acuario, una depresión en forma de herradura donde es posible encontrar una gran variedad de especies acuáticas. Además, allí se puede bucear durante todo el año gracias a las condiciones climáticas, que garantizan una inmersión sin dificultades hasta los 14 m. de profundidad.
La isla Saona -parte integral del Parque del Este- cuenta con lugares como La Parguera, Cacon, El Faro, El Canal, Palmilla y El Peñón, donde se puede observar una infinidad de especies submarinas, como tiburones gata, morenas verdes o langostas. También cuenta con enormes formaciones de esponjas, en las que habitan enormes cangrejos y bancos de peces de diferentes especies, como el pez trompeta -que intenta mimetizarse entre los corales-, los peces globo o las rayas águila.
Caballo Blanco, al sureste de la Isla Saona, ofrece una interesante vista de barcos hundidos del siglo XV al XVII, con anclas y cañones. Debido a la mezcla de agua del mar Caribe y el océano Atlántico, se generan enormes olas y la navegación puede ser más peligrosa.
En la zona de Bayahíbe también es posible practicar el buceo. Uno de los lugares preferidos es donde naufragó el Saint George; la embarcación de 73 m. de eslora y casco de acero, alberga una gran variedad de vida marina, como esponjas, peces multicolores, langostas y corales, entre otras especies.
Bayahibe cuenta con un arrecife de coral que alberga exuberante vida marina. Además, por su costa es frecuente ver delfines y ballenas jorobadas.
Más que sol y descanso.
Punta Cana cuenta con arrecifes de corales de 129 km. de extensión, los cuales nacen en la bahía de Samaná, en el norte, y llegan hasta el cabo San Rafael. Se encuentra a 300 m. de la costa y tiene una profundidad de 33 m.
Vale mencionar que su flora y fauna figuran entre las más ricas de la isla y que es posible bucear en diferentes profundidades. Los lugares ideales para hacerlo son Playa Bávaro, Punta Cana, Macao, Cabo Engaño, Cabeza de Toro y Punta Juanillo. Por su parte, el Acuario permite recorrer estrechos pasajes que culminan en pequeñas cavernas. Cada uno de ellos tiene una salida diferente, además de una gran fauna compuesta por meros, pargos y delfines, entre otros.
Por su parte, la bahía de Samaná es una de las más destacadas de la isla para practicar buceo y snorkel. La zona ofrece más de 20 sitios de buceo que, según su topografía, van desde bancos de corales, cuevas y túneles navegables hasta impresionantes abismos.
Un sector muy llamativo es el acantilado que se encuentra a pasos de la playa de Las Galeras, en cabo Cabrón. La formación coralina crea una barrera de arrecifes y pasajes ideales para el buceo, llenos de vida subacuática.
El Portillo se destaca por su formación de coral en forma oval, donde es posible sentir el romper de las olas al bucear a 60 m. de profundidad. Además, ofrece una atractiva vista de la flora y fauna compuesta por tortugas, peces ángel, meros y lubinas, entre otros.
Por otro lado, la bahía de Samaná ostenta los restos de un naufragio de un galeón español, además de otras naves, como El conde de Tolosa, Nuestra Señora de Guadalupe y Scipion, las que representan una verdadera aventura de buceo.
El gran descubrimiento.
Cuando Cristóbal Colón llegó a estas tierras quedó maravillado por la hermosura de sus paisajes. Y Playa Dorada es un ejemplo de ello. Ubicada en el océano Atlántico, también es conocida como la costa de ámbar, con 125 km. de playas especiales para el buceo.
El Banco de Plata es un arrecife submarino ubicado a 67 km. de República Dominicana, dentro de un área de 4 mil km2, con abismos de 1.800 m. de profundidad y una impenetrable barrera de coral.
En la costa norte, Sosúa y Cabarete son excelentes para el buceo debido a que sus aguas no son muy profundas y sus fondos de arena blanca permiten contemplar la llamativa fauna marina tropical, compuesta por meros, puercoespines pescado y erizos de mar, entre otras especies.
Por otra parte, el Paraíso posee una pared de coral de 12 m. ideal para principiantes. Se destaca porque de día es posible sentarse y ver nadar peces pequeños.
El Cañón, en tanto, es un muro de arrecife con hermosas formaciones multicolores y pasajes submarinos. A los 4 m. de profundidad pueden apreciarse numerosas esponjas.
Los Charamicos yace en forma paralela a El Cañón y es un verdadero jardín submarino, con esponjas multicolores y diversas formaciones coralinas, incluyendo las de color rosa y morado. Su profundidad máxima es de 24 m.
Otros enclaves destacados de la isla son el área de Montecristi, al noroeste de Puerto Plata, en cuyas aguas descansan enormes embarcaciones de los siglos XVI a XVIII; los cayos Siete Hermanos, El Morro, Arena; y la más extensa y ancha barrera de arrecifes, con más de 45 km. de longitud y 2 km. de ancho, que ofrece una calma exquisita ideal para el buceo, mientras que el área externa es recomendada para buceadores más avanzados, con excelentes paredes de coral en el océano Atlántico.