Cuba cuenta con una gran riqueza cultural que se desarrolla en todo los ámbitos, desde la arquitectura hasta la música y artesanías y, sin dudas, su muestra cinematográfica.
Con al menos un teatro y cine en cada ciudad, Cuba apuesta por las expresiones de arte, llegando a consagrar a grandes artistas a nivel internacional.
La Habana, por su parte, es un significativo exponente de la cultura y del arte; cuenta con 10 galerías de arte, más de 30 museos, 25 teatros e instituciones únicas como la Casa de las Américas y el Ballet Nacional de Cuba. También es sede de muchos festivales de rango internacional, ya sea de cine, artes plásticas, danza o literatura.
Placer para los oídos.
Una de las artes que los cubanos han sabido desarrollar es la música. Por ello, han creado una asombrosa variedad de géneros, particularmente en el ámbito de la música popular. Sus raíces les han otorgado un espíritu pasional que se traspasa a los visitantes, quienes a través de la trova -una especie de balada cantada acompañado de una guitarra- son seducidos completamente. La mayoría de las ciudades cubanas cuentan con una Casa de la Trova, donde gente de todas las edades puede tocar un instrumento musical, incluidos los turistas.
Por su parte, la guajira es un género de música parecido al country, en el que se destaca "Guantanamera" por sobre todas las canciones.
Este género criollo de pura cepa se refiere a asuntos campesinos de manera poética. Además, cantar sus versos representaba un momento de esparcimiento para los guajiros que no contaban con radio ni televisión.
Pero el ritmo que conquistó a todo el mundo es la salsa, con sus tonos y sensual danza que ha fascinado a quien desafía la pista de baile.
En este sentido, Cuba se ha hecho famosa también por otros ritmos también muy conocidos, como la rumba, una combinación de música afrocubana que se acompaña actualmente con una danza muy pasional. El cha cha chá estuvo muy de moda entre la década de los años 30 y los 50, y sigue siendo muy popular en la actualidad. Basta recordar películas de la época de Marilyn Monroe o Doris Day, que en más de alguna oportunidad bailaron esta frenética danza.
Entre los grupos destacados está Van Van, una orquesta de salsa y timba fundada en 1969 por el bajista Juan Formell. Un sello distintivo del grupo es el uso de los versos picarescos, la ironía y el costumbrismo. Convirtiéndose en una suerte de crónica de la realidad cubana, sus textos ofrecen una circunstancia social, temáticas que recrean lo jocoso de la cotidianidad.
En cuanto a sus sonidos, la banda incorpora la resonancia bronca y los trombones, introduciendo sintetizadores, teclados con múltiples posibilidades sonoras, además del empleo del saxofón sintetizado y los violines eléctricos.
Sin dudas, uno de los más emblemáticos es el Buena Vista Social Club. Su origen se remonta al club del mismo nombre donde el grupo era una sociedad habanera para personas de raza negra, muy famosa en las primeras décadas del siglo XX. Su repercusión -en términos de apertura del mundo a la música que se produce en la isla mayor de las Antillas- es irrefutable, con sonidos alegres, la banda cuenta con muchísimos años de éxito en Cuba y su reputación se ha extendido por todo el mundo.
Estos grupos suelen actuar regularmente en diferentes sitios de la ciudad, como en el Salón 1930 del hotel Nacional.
Otro destacado de la música cubana es la Orquesta Sinfónica Nacional, la cual ha desarrollado una reconocida labor de difusión de la música cubana y latinoamericana, además de abarcar un vasto repertorio sinfónico y de cámara, que va desde el barroco hasta la música actual. Es común escucharlos en el Teatro Nacional.
Por su parte, la danza ha cobrado relevancia mundial gracias al Ballet Nacional de Cuba. Sus influencias provienen de las escuelas de ballet ruso de los teatros Bolshoi y Marinsky, debido a la estrecha relación entre ambas entidades. Asimismo, la salsa cobra vida en la Casa de la Música, donde cada noche se presentan bandas locales.
Uno de los imperdibles es el Cabaret Tropicana. Construido en 1939 en los antiguos terrenos de Villa Mina, en La Habana, el complejo lleno de fantasía y glamour cuenta con grandes cantantes y bailarines para el deleite de los visitantes.
Artistas como Nat King Cole, Josephine Baker, Libertad Lamarque, José "Cheo" Feliciano, Rita Montaner, Elena Burke y Bola de Nieve, entre otros, han formado parte del elenco de la Tropicana, que no ha dejado de ofrecer su arte nacional en el salón bajo las estrellas, el restaurante Los Jardines y el bohemio Café Rodney.
Amor a primera vista.
El país cuenta con una gran cultura cinematográfica, tanto propia como extranjera. La Habana cuenta con docenas de cines, como el tradicional Payret, frente al Capitolio, en el Paseo de Marti; Yara y Charles Chaplin.
Por otra parte, sus bellos paisajes han dado vida a destacadas películas que han logrado reflejar fielmente el romanticismo de la ciudad. Lo mismo ha sucedido con grandes literatos.
Magia urbana.
La belleza arquitectónica de la capital cubana encierra la historia del país. Sucede que La Habana impacta; sus construcciones antiguas parecen derrumbarse. Sin embargo, se mantienen sólidas, testigos del paso y el cambio de los tiempos.
La capital cubana bien podría dividirse en tres. Por un lado, su casco antiguo, principal atractivo turístico, donde se encuentra la cuna de su pasado, con una hermosa catedral rodeada de casas de arte, frente a la plaza de adoquines, con los balcones típicos y a pocos pasos de la emblemática Bodeguita del Medio.
Otros grandes atractivos son la Plaza de Armas; el tradicional comercio de café, habanos y ron; y la feria de artesanías, donde también se pueden adquirir ropas típicas como la guayabera, así como maracas - instrumento tradicional de la música cubana-, bellísimas pinturas y artesanías.
Por su parte, en la parte moderna de la ciudad se encuentra El Vedado. Indiscutiblemente, una zona privilegiada para los visitantes.
En tanto, la rampa, un conocido paseo de poco más de 500 m. que termina en el Malecón habanero, es el corazón que hace palpitar a la ciudad, aunque hacia el oeste tiene lugar un acelerado desarrollo inmobiliario y hotelero que promete convertir a esta zona en el centro de la actividad de negocios de la isla.
Además, merece una visita la Plaza de la Revolución, donde se encuentra el monumento al Che y, enfrente, el edificio del Gobierno cubano. Las playas del este de La Habana se extienden a lo largo de más de 14 km., desde el poblado de pescadores de Cojimar hasta las aguas tranquilas de Guanaco.
Un dato a destacar es que en La Habana muchos hoteles trabajan con el sistema de media pensión, lo que permite conocer la gastronomía típica. En los famosos paladares -pequeños restaurantes de comida casera-, los platos son exquisitos, pero los precios varían según la zona donde se encuentren.
El calor húmedo de la isla invita siempre a tomar un helado. Y nada mejor que hacerlo en la afamada heladería Coppelia, un imperdible, al igual que beber una refrescante bebida al atardecer en el Malecón.
Sasón caribeño.
Otro de los principales reflejos culturales de Cuba es su gastronomía. Desde sus orígenes, la cocina cubana ha sido el resultado de una unión de los factores; la mezcla de las costumbres españolas, aborígenes, africanas y la posterior influencia de la inmigración asiática y yucateca.
Así, los platos cubanos comparten la sabiduría de la combinación entre las especias y las técnicas de la cocina española y africana, con influencias caribeñas en especias y sabores.
El plato nacional es el ajiaco criollo, un conjunto de vegetales y diversos tipos de carne cocidos juntos, que varía por la diversidad de los ingredientes empleados en su confección. Las preparaciones más típicas son, además de la mencionada y las combinaciones de arroz con distintos ingredientes, la carne de cerdo asada o frita, los tostones o chatinos (trozos de plátano verde aplastados y fritos), chicharrones de cerdo y picadillo de carne de res. Platos imperdibles a la hora de conocer la idiosincrasia cubana.
Con al menos un teatro y cine en cada ciudad, Cuba apuesta por las expresiones de arte, llegando a consagrar a grandes artistas a nivel internacional.
La Habana, por su parte, es un significativo exponente de la cultura y del arte; cuenta con 10 galerías de arte, más de 30 museos, 25 teatros e instituciones únicas como la Casa de las Américas y el Ballet Nacional de Cuba. También es sede de muchos festivales de rango internacional, ya sea de cine, artes plásticas, danza o literatura.
Placer para los oídos.
Una de las artes que los cubanos han sabido desarrollar es la música. Por ello, han creado una asombrosa variedad de géneros, particularmente en el ámbito de la música popular. Sus raíces les han otorgado un espíritu pasional que se traspasa a los visitantes, quienes a través de la trova -una especie de balada cantada acompañado de una guitarra- son seducidos completamente. La mayoría de las ciudades cubanas cuentan con una Casa de la Trova, donde gente de todas las edades puede tocar un instrumento musical, incluidos los turistas.
Por su parte, la guajira es un género de música parecido al country, en el que se destaca "Guantanamera" por sobre todas las canciones.
Este género criollo de pura cepa se refiere a asuntos campesinos de manera poética. Además, cantar sus versos representaba un momento de esparcimiento para los guajiros que no contaban con radio ni televisión.
Pero el ritmo que conquistó a todo el mundo es la salsa, con sus tonos y sensual danza que ha fascinado a quien desafía la pista de baile.
En este sentido, Cuba se ha hecho famosa también por otros ritmos también muy conocidos, como la rumba, una combinación de música afrocubana que se acompaña actualmente con una danza muy pasional. El cha cha chá estuvo muy de moda entre la década de los años 30 y los 50, y sigue siendo muy popular en la actualidad. Basta recordar películas de la época de Marilyn Monroe o Doris Day, que en más de alguna oportunidad bailaron esta frenética danza.
Entre los grupos destacados está Van Van, una orquesta de salsa y timba fundada en 1969 por el bajista Juan Formell. Un sello distintivo del grupo es el uso de los versos picarescos, la ironía y el costumbrismo. Convirtiéndose en una suerte de crónica de la realidad cubana, sus textos ofrecen una circunstancia social, temáticas que recrean lo jocoso de la cotidianidad.
En cuanto a sus sonidos, la banda incorpora la resonancia bronca y los trombones, introduciendo sintetizadores, teclados con múltiples posibilidades sonoras, además del empleo del saxofón sintetizado y los violines eléctricos.
Sin dudas, uno de los más emblemáticos es el Buena Vista Social Club. Su origen se remonta al club del mismo nombre donde el grupo era una sociedad habanera para personas de raza negra, muy famosa en las primeras décadas del siglo XX. Su repercusión -en términos de apertura del mundo a la música que se produce en la isla mayor de las Antillas- es irrefutable, con sonidos alegres, la banda cuenta con muchísimos años de éxito en Cuba y su reputación se ha extendido por todo el mundo.
Estos grupos suelen actuar regularmente en diferentes sitios de la ciudad, como en el Salón 1930 del hotel Nacional.
Otro destacado de la música cubana es la Orquesta Sinfónica Nacional, la cual ha desarrollado una reconocida labor de difusión de la música cubana y latinoamericana, además de abarcar un vasto repertorio sinfónico y de cámara, que va desde el barroco hasta la música actual. Es común escucharlos en el Teatro Nacional.
Por su parte, la danza ha cobrado relevancia mundial gracias al Ballet Nacional de Cuba. Sus influencias provienen de las escuelas de ballet ruso de los teatros Bolshoi y Marinsky, debido a la estrecha relación entre ambas entidades. Asimismo, la salsa cobra vida en la Casa de la Música, donde cada noche se presentan bandas locales.
Uno de los imperdibles es el Cabaret Tropicana. Construido en 1939 en los antiguos terrenos de Villa Mina, en La Habana, el complejo lleno de fantasía y glamour cuenta con grandes cantantes y bailarines para el deleite de los visitantes.
Artistas como Nat King Cole, Josephine Baker, Libertad Lamarque, José "Cheo" Feliciano, Rita Montaner, Elena Burke y Bola de Nieve, entre otros, han formado parte del elenco de la Tropicana, que no ha dejado de ofrecer su arte nacional en el salón bajo las estrellas, el restaurante Los Jardines y el bohemio Café Rodney.
Amor a primera vista.
El país cuenta con una gran cultura cinematográfica, tanto propia como extranjera. La Habana cuenta con docenas de cines, como el tradicional Payret, frente al Capitolio, en el Paseo de Marti; Yara y Charles Chaplin.
Por otra parte, sus bellos paisajes han dado vida a destacadas películas que han logrado reflejar fielmente el romanticismo de la ciudad. Lo mismo ha sucedido con grandes literatos.
Magia urbana.
La belleza arquitectónica de la capital cubana encierra la historia del país. Sucede que La Habana impacta; sus construcciones antiguas parecen derrumbarse. Sin embargo, se mantienen sólidas, testigos del paso y el cambio de los tiempos.
La capital cubana bien podría dividirse en tres. Por un lado, su casco antiguo, principal atractivo turístico, donde se encuentra la cuna de su pasado, con una hermosa catedral rodeada de casas de arte, frente a la plaza de adoquines, con los balcones típicos y a pocos pasos de la emblemática Bodeguita del Medio.
Otros grandes atractivos son la Plaza de Armas; el tradicional comercio de café, habanos y ron; y la feria de artesanías, donde también se pueden adquirir ropas típicas como la guayabera, así como maracas - instrumento tradicional de la música cubana-, bellísimas pinturas y artesanías.
Por su parte, en la parte moderna de la ciudad se encuentra El Vedado. Indiscutiblemente, una zona privilegiada para los visitantes.
En tanto, la rampa, un conocido paseo de poco más de 500 m. que termina en el Malecón habanero, es el corazón que hace palpitar a la ciudad, aunque hacia el oeste tiene lugar un acelerado desarrollo inmobiliario y hotelero que promete convertir a esta zona en el centro de la actividad de negocios de la isla.
Además, merece una visita la Plaza de la Revolución, donde se encuentra el monumento al Che y, enfrente, el edificio del Gobierno cubano. Las playas del este de La Habana se extienden a lo largo de más de 14 km., desde el poblado de pescadores de Cojimar hasta las aguas tranquilas de Guanaco.
Un dato a destacar es que en La Habana muchos hoteles trabajan con el sistema de media pensión, lo que permite conocer la gastronomía típica. En los famosos paladares -pequeños restaurantes de comida casera-, los platos son exquisitos, pero los precios varían según la zona donde se encuentren.
El calor húmedo de la isla invita siempre a tomar un helado. Y nada mejor que hacerlo en la afamada heladería Coppelia, un imperdible, al igual que beber una refrescante bebida al atardecer en el Malecón.
Sasón caribeño.
Otro de los principales reflejos culturales de Cuba es su gastronomía. Desde sus orígenes, la cocina cubana ha sido el resultado de una unión de los factores; la mezcla de las costumbres españolas, aborígenes, africanas y la posterior influencia de la inmigración asiática y yucateca.
Así, los platos cubanos comparten la sabiduría de la combinación entre las especias y las técnicas de la cocina española y africana, con influencias caribeñas en especias y sabores.
El plato nacional es el ajiaco criollo, un conjunto de vegetales y diversos tipos de carne cocidos juntos, que varía por la diversidad de los ingredientes empleados en su confección. Las preparaciones más típicas son, además de la mencionada y las combinaciones de arroz con distintos ingredientes, la carne de cerdo asada o frita, los tostones o chatinos (trozos de plátano verde aplastados y fritos), chicharrones de cerdo y picadillo de carne de res. Platos imperdibles a la hora de conocer la idiosincrasia cubana.