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Cinco barrios patrimoniales de Santiago

En una era en que el turismo busca cada vez más acercarse a lo auténtico, clásicos barrios santiaguinos toman nuevos aires para entregar lo mejor de la cultura, gastronomía y vida nocturna tal y como lo viven los habitantes de la capital. Cada uno en su estilo, aquí, cinco zonas urbanas que merecen un paseo… y a paso bien lento.  

YUNGAY, El PRIMER BARRIO ILUSTRE.

Hablar del barrio Yungay es hablar de personajes históricos como el poeta y autor de la canción nacional Eusebio Lillo, el naturalista Ignacio Domeyko, el poeta nicaragüense Rubén Darío o la cantautora Violeta Parra. Por sus calles y elegantes salones deambulaba y se codeaba la crème de la crème de la sociedad chilena, algo que se ve en cada una de sus fachadas llenas de nostalgia. El barrio hoy vive unos renovados aires, con gran cantidad de actividades culturales, restaurantes y vida nocturna, pero siempre con ese dejo anticuado y elegante que le es tan propio. Una muestra de todo eso y más, es el Parque de la Quinta Normal, que cuenta con atractivos como los museos de Historia Natural, Artequín y Ferroviario de Santiago, y al que se le han sumado en sus alrededores el Centro Cultural Matucana 100 (donde confluyen diferentes expresiones artísticas como cine, música, pintura y teatro) y el Museo de la Memoria, un emotivo espacio dedicado a no olvidar las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura militar. Más allá de los clásicos, cuenta con otros espacios memorables, como la Cervecería Nacional (sede el autoproclamado Movimiento Cervecero con un amplio catálogo de cerveza artesanal) o el ya clásico Andén de Yungay, bar donde se presentan una variada gama de músicos y artistas under que son parte del patrimonio de este barrio.

CONCHA Y TORO, UN PEDACITO DE EUROPA.

Inserto dentro del barrio Brasil, nació del afán de la aristocracia chilena a principios del siglo XX de alejarse del modelo de las casonas patronales y emular el estilo urbanístico europeo, con calles empedradas, intrincadas y cortas. El resultado rompe con la lógica de Santiago, transformando al barrio en un verdadero oasis arquitectónico ideal para relajados paseos a pie que permiten contemplar los detalles de cada rincón. La guinda de la torta la pone la Plaza Libertad de Prensa, una coqueta plazoleta adoquinada con una fuente en su centro, tan encantadora que es un set habitual en películas, series y spots publicitarios. Sus alrededores son igualmente atractivos, con joyitas como el restaurante Zully, emplazado en una casona de cinco pisos que data de 1912 y perteneció al poeta Vicente Huidobro. Su carta ofrece principalmente comida fusión, destacando sus platos con jabalí, pato, caracoles y avestruz. Otra construcción majestuosa es el Palacio Concha, de 1920, que funciona como la puerta de entrada al barrio desde la Alameda.

LA CHIMBA, COLORES DE LA CALLE.

Este barrio a orillas del río Mapocho desde su nacimiento tuvo una esencia popular. Y estamos hablando de la Época de la Conquista, cuando Pedro de Valdivia fundó Santiago y en “la Chimba” –nombre en quechua que significa “al otro lado” en referencia al río- se estableció el mundo arrabalero y de juergas de la naciente ciudad, donde ricos y pobres disfrutaban de igual manera. Hoy, el barrio mantiene ese espíritu lleno de algarabía gracias a los colores que entregan lugares como la famosa Pérgola de las Flores o La Vega Central, donde es posible encontrar clásicos restaurantes de pescados y mariscos. Otro imperdible es un paseo por los antiguos mausoleos y tumbas del Cementerio General. Es uno de los barrios favoritos de los turistas aventureros que apuestan por lo auténtico, cuya visita no puede terminar de otra forma que no sea con un sabroso Terremoto en La Piojera, la “picada” guachaca por excelencia.

BELLAS ARTES, UN BARRIO FRIENDLY.

Es uno de los barrios más culturales de Santiago. Desde el Parque Forestal a las calles Mosqueto o José Miguel de la Barra, es una zona segura, diversa y muy entretenida para el turismo LGBTI. El Museo Bellas Artes le da el nombre, y en él hay un patrimonio artístico de más de 3.000 obras, albergando la segunda colección de pintura chilena más importante del país. El barrio concentra gran cantidad de cafés, librerías y hoteles boutique. Colinda con el barrio Lastarria, donde se emplazan algunos de los restaurantes más onderos de Santiago, entre los que se encuentran el Bocanáriz, con una carta especializada en vinos; Lucía Bistró, de cocina de autor; y Chipe Libre (también conocido como la República Independiente del Pisco), que une las gastronomías chilena y peruana en un concepto muy original.

ITALIA, MUNDO HIPSTER.

El barrio Italia siempre da que hablar. Aunque ya lleva un tiempo, ha sabido mantenerse dentro del concepto “cool” por un buen rato, teniendo entre sus visitantes a quienes buscan algo inédito e innovador. Ubicado en los alrededores de Av. Italia (de ahí su nombre), era un tradicional barrio de mueblistas que jóvenes diseñadores transformaron paulatinamente en un punto neurálgico del arte y la gastronomía contemporáneos. Ropa, juguetes, cuadros y muebles comparten restauradas casonas con restaurantes que semana a semana ocupan las portadas de las revistas gastronómicas. Entre los lugares icónicos de este barrio se encuentran el Teatro Italia (edificio art decó transformado en el Centro Cultural Avenida Italia), la casa del Presidente Eduardo Frei Montalva (hoy convertida en un museo), el restaurante italiano Da Noi y, como panorama nocturno, un pub de rock que es toda una institución capitalina: el bar de René. ¿Una novedad? El célebre restaurante argentino Café San Juan recientemente abrió también en este barrio.

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