Más que samba.
Río de Janeiro cuenta con maravillosas playas, cerros y morros, características que la convierten en una de las ciudades más bellas de América.
A orillas del Atlántico y bajo un sol que brilla todo el año, Río cuenta con una extensa costa que le da vida a la ciudad y a sus habitantes.
Una de las más famosas playas del mundo es Copacabana. Cuenta con una extensa zona de arena -ideal para tomar sol o practicar deportes- a lo largo de un sector residencial y hotelero. Así, desde la orilla del mar pueden verse los enormes rascacielos que rodean la entrada a la bahía.
Ipanema y Leblon ofrecen atracciones permanentes, tanto durante el día como en la noche, cuando reciben un gran número de visitantes.
Prainha y Grumari, más alejadas del centro urbano, son excelentes para el surf, windsurf y bodyboard.
Cabe destacar que Ipanema es una de las más sofisticadas playas de Brasil. Ostenta modernos edificios, restaurantes de excelente categoría, y afamados bares, como Garota de Ipanema, además de tiendas de primer nivel.
Por su parte, la playa de Botafogo es uno de los lugares favoritos para espectáculos y conciertos. Es lugar de reunión de alegres multitudes a orillas del mar.
En tanto, la playa de Barra de Tijuca es la más extensa de Río de Janeiro, con 18 km. Sus aguas cristalinas son las más apetecidas por los practicantes de surf, windsurf y bodyboard.
Buzios: destellos de distinción.
Este destino se caracteriza por la atmósfera distendida que le prodigan sus playas; su centro urbano irradia glamour y buen gusto.
Restaurantes para todos los gustos, tiendas de reconocidas marcas, galerías de arte y una calle central remozada forman parte del perfil de Buzios, donde obviamente también el mar es protagonista.
Allí reina el ambiente distendido y entusiasta. Es una villa turística con charme, con lujos pero sin excesos, sosegada aunque con varios sitios para divertirse hasta bien entrada la madrugada.
Además, Buzios posee una geografía especial, con una docena de bahías que configuran distintas playas.
Una de las primeras del lado oeste es Geribá, atrayente por sus bellas formas, fuertes olas y propuestas para actividades náuticas. Con 2 km. de extensión, este balneario está custodiado por típicas casas de pescadores que conviven junto a grandes mansiones.
También están Ferradura y Ferradurinha, João Fernandes y João Fernandinho: la mayor y una versión más pequeña que invitan a disfrutar del sol sobre arena. Por un sendero que se abre entre un escenario selvático, con el morro detrás, Ferradura representa la típica postal brasileña. Si bien tiene algunas áreas donde es posible relajarse, lo cierto es que se caracteriza por su ritmo incesante de deportes y la música.
En João Fernandes, en cambio, abundan los vendedores ambulantes de bikinis, camarones, artesanías, vestidos, gorros, collares, anteojos de sol, entre otros artículos.
Pero hay otra opción para los menos atléticos: se accede también tomando una lancha desde Ossos, la playa que limita con Armaçao, en el centro de la ciudad. Pequeña pero encantadora, Azeda es acariciada por un mar calmo y transparente. También tiene una hermana menor: Azedinha, frecuentada por familias y amantes del buceo.
Tartaruga puede ser otra alternativa para los que se inclinan por el mar cálido. Se accede por un camino de tierra desde la calle principal de Buzios y tiene varios paradores y costas pedregosas donde se puede hacer buceo.
Resguardada por las rocas y los morros, la playa Olho de Boi yace pequeña e intimista para los que practican el nudismo. Su difícil acceso -se debe subir hasta el paredón en su extremo izquierdo- garantiza absoluta privacidad.
Pero antes de poner rumbo a alguna de las playas hay que pasar por Ossos, jalonada por las embarcaciones que marcan el destino del día, debido a que los lugareños dicen que si sus proas miran al sudeste es señal de que lloverá.
Caminar por la costanera es una experiencia encantadora; es un paseo embellecido por las flores y por el mar de fondo que sirve de escenario a la escultura de Christina Motta. La artista creó la obra de bronce de los pescadores que se alza sobre el agua de la playa de Armaçao, y también la escultura de Brigitte Bardot, que se muestra sentada sobre la orla que también lleva su nombre.
Buscando nuevos horizontes.
Cruzando los límites de este paraíso natural, a 30 minutos de viaje se ubica Arraial do Cabo. Ideal para los buceadores o simplemente para disfrutar del mar, este enclave es comparado por los lugareños con el Caribe. Habitualmente los viajeros llegan en plan de excursión para pasar toda una jornada en un barco que ancla en diferentes playas, como do Forno, y las grutas de Nossa Señora dos Remédios y Azul. El punto de partida es el muelle de la playa dos Anjos y la travesía invita a descubrir los tesoros que esconde el agua: peces, ruinas de embarcaciones y corales.
Otra alternativa es visitar Cabo Frío -a 24 km.-, destino que seduce con sus playas, algunas de ellas muy concurridas. Es el caso de Praia do Forte, custodiada por el fuerte São Mateus, cuya construcción data del siglo XVII. Sin embargo, las playas do Peró y das Conchas son más tranquilas.
Las caras de San Pablo.
Dueña de una gran identidad cultural, San Pablo es una gran metrópoli que tiene mucho para ofrecer. Cuenta con una destacada oferta culinaria, una agitada vida nocturna y circuitos artísticos.
Si bien es cierto que el 75% de los turistas que recibe la ciudad están asociados a congresos, convenciones y ferias, son los mismos quienes deciden prolongar su estadía o regresar junto a sus familias debido a los grandes atractivos que ofrece.
Sabores del mundo.
Los paulistas otorgan una gran importancia a la gastronomía, por ello quienes aprecien los placeres de la buena mesa puede tener la certeza que en San Pablo encontrarán más de un lugar que los deleitará. Del bar más sencillo a un sofisticado y vanguardista restaurante, la cocina local es variada y reúne diversas preparaciones internacionales.
Uno de los imperdibles es recorrer la avenida Paulista. En la zona yace el centro financiero de la metrópolis, lo que ha contribuido a convertirla en un lugar totalmente cosmopolita, donde se encuentran inmigrantes de todos los rincones del orbe. Otros sitios indicados para conocer la diversidad cultural de San Pablo son Liberdade, Mooca y Bom Retiro, donde se pueden realizar compras, degustar las comidas tradicionales o participar de alguna fiesta popular.
Por otro lado, la capital del estado paulista cuenta con una gran actividad orientada a las artes, con 300 salas de cine, más de 100 teatros, centros culturales y 70 museos, entre otros.
Los parques son verdaderos oasis en medio de una ciudad como San Pablo. Tiene parques temáticos, muchas áreas de descanso y dos grandes estadios. Cabe destacar el Autódromo de Interlagos, sede del Gran Premio de Fórmula 1, con un circuito de 4 km. y un kartódromo de 1,5 km.
Y para quienes les gustan las carreras, el Jockey Club tiene cuatro pistas en las que se realizan corridas los lunes por la noche, y las tardes de los sabádos y domingos. Dispone de sofisticados cafés, restaurante-bar y tabaquería con vista a las pistas.
En San Pablo, los monumentos y museos dan cuenta de la historia de Brasil, emplazados en grandes construcciones de osada arquitectura, en edificios modernos o en áreas históricas delicadamente preservadas.
Un imperdible es la Estación Luz, construida en 1901 (actualmente, la estructura de hierro inglés alberga al Museo de la Lengua Portuguesa). También merecen una visita la catedral Sé, el edificio Copan y el monasterio de San Bento.
Otro destacado es Liberdade, un barrio japonés con decoraciones, restaurantes y tiendas inspiradas en el país oriental.
Para quienes gusten de las compras, San Pablo cuenta con una amplia oferta de tiendas y centros comerciales, además de ferias de artesanías con opciones para todos los gustos.
Cabe destacar que San Pablo cuenta con su propia semana de la moda, la cual está tomando cada vez más fuerza en el circuito internacional.
Sol y mar.
Distante a 120 km. del aeropuerto de San Pablo, Guarujá es el paraíso para los amantes de las playas. Su litoral es uno de los más antiguos balnearios de la costa paulista y, por su proximidad, atrae a muchos turistas nacionales y extranjeros.
Cuenta con decenas de playas desiertas extendidas a lo largo de avenidas urbanizadas, además de grandes centros comerciales, cines, discotecas, supermercados, restaurantes y bares, lo que fomenta una atractiva vida nocturna.
Las playas más visitadas son Enseada y Pernambuco, pero hay muchas otras con características más rústicas, incluso con aldeas de pescadores.
Otras costas son Playa Blanca, Iporanga y San Pedro, esta última de acceso restringido.
Hacia el norte, la playa de Enseada posee una costa de 11 km. de extensión, rodeada por un barrio residencial. De arena clara y blanda, es un gran centro de deportes náuticos, entre ellos de windsurf, vela, jet ski y surf.
Otras de las actividades que se pueden realizar es el buceo, siendo el lugar más indicado el Parque Estadual Marino da Laje de Santos.
Uno de sus mayores atracciones es el Acuario Acqua Mundo, considerado el mayor de Sudamérica, ubicado en Praia de Enseada (el lugar es conocido como la Isla de las Convenciones).
Playas destacadas.
Pitangueiras está localizada en el centro de Guarujá. Posee 1.800 m. de extensión, con numerosos edificios y grandes centros comerciales. Sus costas son ideales para tomar baños y practicar surf.
En Costa de las Tortugas es posible realizar paseos en lancha, en motos acuáticas o kayaks. Y los que se internan en el mar en barco, pueden nadar y bucear. También se practica surf.
El paraíso para los que disfrutan de los deportes náuticos se encuentra en Pernambuco, mientras que Iporanga es una pequeña ensenada cerca de la mata nativa.
Por su parte, las playas Asturias, Branca, Preta y Do Camburi son semidesiertas y cercadas por vegetación, ideales para la práctica del surf, al igual que Praia do Tombo, la cual se caracteriza por sus grandes olas, además de ser un lugar excelente para tomar sol.
Litoral paulista.
Otro imperdible de los alrededores de Guarujá y San Pablo es la playa de Tabatinga. Es ideal para ir en familia, ya que cuenta con una playa tranquila apta para todo tipo de deportes acuáticos, en especial el surf, característico de la región.
A pocos kilómetros de allí se ubica la ciudad de Ubatuba, dueña de las mejores playas de buceo del estado de San Pablo, donde además se encuentra el proyecto Tamar, dedicado a la preservación de tortugas marinas.
Uno de los destinos más conocidos de estas costas es Ilha Bela, absolutamente dedicada al turismo, la cual ofrece una gran cantidad de atracciones e infraestructura hotelera de primer nivel.
Frente a Ilha Bela, con características urbanas, se encuentra San Sebastián, mientras que Santos es la urbe más grande del litoral paulista, con todos los requisitos necesarios para ser una ciudad plenamente turística y en crecimiento.
Cabe destacar que tanto Guarujá como Santos, Ilha Bela, San Sebastián, Caraguatatuba y Ubatuba son balnearios y ciudades muy próximas a San Pablo.