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Guía “Indiana Jones” de destinos exóticos

Más allá de plazas y lugares tradicionales, este singular arqueólogo y profesor universitario, al mejor estilo de los inolvidables héroes de aventuras, nos invita a recorrer sitios exóticos. Entre la realidad y la ficción, entre destinos reales y sets “sustitutos”, un repaso por los mejores escenarios de una de las sagas más exitosas del cine de los últimos años.

Desde las selvas de Centroamérica a las de la Amazonía peruana, de Nepal a los palacios de Pankot o del sultanato de Iskenderun, las aventuras de Indiana Jones están repletas de destinos y viajes. Desde el primero de los filmes de la tetralogía, “Los cazadores del Arca perdida” (estrenada en 1981), la saga nos acostumbró a las imágenes de los aviones volando sobre las líneas que se iban trazando en un mapa de fondo ocre. Pocos personajes tienen, en su haber, el kilometraje de “Indy” y su globalidad. Por eso le proponemos un repaso por esos escenarios y destinos, reales muchos de ellos, ficticios muchos otros, y ficcionados la mayoría.

PERSIGUIENDO EL ARCA.

La primera de las películas causó una revolución. Un éxito incluso en algún punto inesperado, tanto es así que ni siquiera incorpora el nombre del personaje en su título porque no era, por entonces, conocido. En él veíamos cómo, para ganarle de mano a los nazis, el gobierno norteamericano recluta a un inusual profesor de arqueología, Henry Jones Jr. (Indiana, de sobrenombre, protagonizado por Harrison Ford), para que encuentre, capture y ponga a salvo el “Arca de la Alianza”, aquel cofre sagrado donde, según la tradición bíblica, se guardan las Tablas de la Ley que Dios le diera a Moisés en el monte Sinaí.

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Sin embargo, el filme comienza con Indiana Jones haciéndose de un ídolo de oro en Perú. Tras sortear las trampas de un derruido templo, Indiana Jones es perseguido por una tribu indígena y llega con lo justo a montarse a un hidroavión para huir. Esas junglas no quedaban tan lejos del Reino Unido (todos los sets interiores se grabaron en Elstree Studios, en Hertfordshire: estaban en Hawaii, más precisamente en Kauai). La corrida final, donde Indy debe llegar al río y a la seguridad del hidroavión es el río Huleia, en Kipu Ranch, muy cerca de la costa este de la isla y al sur de la autopista Kaumualii y de la ciudad de Lihue, capital de la isla.

Kauai es la cuarta isla del archipiélago hawaiiano y una de las más hermosas. Se trata de un afloramiento volcánico que combina picos montañosos agudos y valles escarpados, pero todo cubierto de una densa vegetación. Y curiosamente, antes y después de Indiana Jones, en muchas oportunidades fue escenario de filmes (la versión de King Kong de 1976 y Piratas del Caribe IV: En mareas misteriosas).

Cuando la Inteligencia norteamericana recluta a Indy, lo va a buscar al Marshall College, donde dicta clases. La institución es falsa, pero el escenario es el Conservatorio de Música de la Universidad del Pacífico de Stockton, California.

Tras aceptar el encargo, al enterarse de boca de los representantes del gobierno estadounidense que los nazis dirigen una excavación en las ruinas de la ciudad egipcia de Tanis, Indy viaja hasta Nepal (reconstruida en un estudio) donde se reúne con Marion Ravenwood: antiguo amor y pareja de un colega, y que tiene en su poder una pieza única para localizar el Arca.

La excavación, liderada por el arqueólogo francés René Belloq, que trabaja con los nazis, se realiza en las ruinas de la ciudad egipcia de Tanis. Sin embargo, uno de los productores, George Lucas, conocía “un desierto mejor”. Entonces, se reprodujo la excavación y Tanis en el de Túnez, cerca de la ciudad de Kairuán. También se utilizó esa comunidad que se encuentra en el norte del país africano y está considerada como la cuarta ciudad más sagrada del Islam, poseedora de la Gran Mezquita de Sidi-Uqba. Muchas de las escenas de “El Cairo” se filmaron en la Avenida 5 de Noviembre, la más turística de Kairuán y en inmediaciones de la Plaza Zarrouk y la Mezquita de las Tres Puertas. El “Marhala Bar”, que aparece en el filme, es en realidad una tienda de alfombras cercana a la puerta de Babe ch Chouhada (Kairuán es famosa por sus alfombras). Hay una secuencia donde Marion, Indy y su amigo Sallah (John Rhys-Davies) toman el té y comen dátiles, en la terraza: estaban efectivamente en una terraza de Kairuán, pero debieron removerse cientos de antenas de TV para que no “estorbaran” la escena.

La anécdota cuenta que esas mismas dunas de arena tunecinas son el planeta Tatooine, de “La Guerra de las Galaxias: Una nueva esperanza”, producida y dirigida por el propio Lucas. De hecho, el cañón donde Indy se enfrenta con los alemanes para intentar recuperar el Arca y termina siendo capturado junto con Marion, denominado Sidi Bouhlel, es el mismo donde los jawas apresan a R2D2 en La Guerra de las Galaxias.

La secuencia portuaria y dónde aparece el submarino alemán, se filmó en Francia, cerca de La Rochelle, que fuera base de sumergibles germanos durante la Segunda Guerra Mundial. La anécdota cuenta que el U-boot, el submarino nazi utilizado es el mismo que protagoniza un clásico del cine bélico: “Das boot”.

Las tomas finales, aunque están precedidas de una panorámica de Washington DC, no se rodaron en la capital estadounidense. Las escalinatas de la dependencia gubernamental de Inteligencia son en realidad las de la Escuela Masónica Rickmansworth, en Hertfordshire.

EL TEMPLO MALDITO.

La segunda entrega de la saga, “Indiana Jones y el Templo de la Perdición”, plantea gran parte de la acción en el norte de India. Sin embargo, la decisión de los productores fue filmar en Sri Lanka.

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La acción, que comienza en un club nocturno de “Shanghái”, deviene rápidamente en una persecución callejera. Sin embargo no transcurre en la mencionada ciudad china, sino en Macao. De hecho, la entrada del club nocturno fue montada sobre el frente de un edificio que se encuentra en la Rua da Felicidade. Toda la secuencia concluye cuando Indy, su joven ayudante Short Round (Jonathan Ke Quan) y la cantante Willie Scott (Kate Capshaw) llegan al aeropuerto “Nang Tao” y abordan un Ford Trimotor. En realidad, lo hacen en la base Hamilton de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, al este de Novato, en el condado de Marin, al norte de San Francisco.

Abandonados por la tripulación del avión, los tres protagonistas eligen saltar de la máquina a un bote inflable que cae sobre los Himalayas y resbala hasta un río caudaloso. Se trata del Mammoth Mountain Ski Area, en el condado de Mono, California. Y el río utilizado es el Toulumne, del Parque Nacional Yosemite, que va del lago Folsom a Sacramento.

El exterior y el Interior del Palacio de Pankot, así como las minas y cuevas donde continúa la acción fueron creadas en el estudio Elstree, de Inglaterra.

La secuencia final de lucha en el desfiladero, unido por un puente colgante, en cambio, es la zona conocida como Dique del Gran Barranco, en Sri Lanka. De hecho toda la toma se realiza de espaldas a esta obra de infraestructura para que no saliera en cámara.

Curiosamente, aunque quizás sea la más exótica de las historias de la tetralogía, son relativamente pocas las tomas realizadas en escenarios naturales.

EL PREMIO DEL GRIAL.

La tercera entrega de la saga tiene la singularidad de combinar sitios reales y ficticios, aunque es la que más ostenta en términos de locaciones. Esta comienza mostrándonos a un joven Indiana Jones (River Phoenix) que viaja en el Cumbres & Toltec Scenic Railroad, un ferrocarril turístico que opera habitualmente y se encuentra en el Parque Nacional Sevemile Cannon, del estado de Colorado. El tren fue construido hace más de 120 años y se mantiene bastante fiel a como era entonces. El recorrido de poco más de 100 kilómetros se realiza con una locomotora a vapor que es propiedad conjunta entre los gobiernos estatales de Colorado y Nuevo México.

La investigación para localizar el Santo Grial (en la teoría más difundida: la copa que utilizó Jesucristo en la última cena), se realiza en la europeísima Venecia y la incidencia de una bella agente de una investigadora contratada por la SS, la doctora Elsa Schneider (Allison Doody), lleva a los protagonistas a la Berlín nazi. Para todos sus escenarios, en realidad, se utilizaron locaciones de Buckinghamshire, Londres y la propia Hertfordshire (sede de los estudios Elstree). La lista incluye sitios como la Escuela Stowe (donde se realiza la pretendida manifestación nazi que termina con Hitler autografiando el diario de viaje de un Indy disfrazado de oficial de la SS) y el Royal Horticultural Hall (el interior del Aeropuerto de Berlín), entre otros.

La persecución del Santo Grial lleva a Indy a Iskenderun. Las tomas no se hicieron en el real sultanato cuya capital es Alejandretta y que hoy forma parte de Turquía. En cambio, buena parte de ellas se filmaron en España. La escena del tanque y el combate con las tropas turcas se realizó en Almería, en el denominado desierto de Tabernas (paraje Las Salinillas). La escena del ataque aéreo, que sufren Indy y su padre (Henry Jones Sr., Sean Connery), tuvo lugar en parte sobre la carretera antigua de Rodalquivir y la playa de Mónsul. Las calles de Iskenderun son, en realidad, las de Almería (calle Almanzor) y el Palacio del Sultán, donde él negocia su apoyo a los nazis, es la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad española.

Definido donde está el Grial, el “Cañón de la Medialuna” es, ni más ni menos, que la conocidísima Petra, que no se encuentra en la Iskenderun real, sino en Jordania. Anterior al propio cristianismo, la ciudad se construyó hace 2.700 años y se desarrolló por etapas, siendo la más famosa la que correspondió a Petra como capital del Estado Nabateo. Posteriormente, se incorporó al Imperio Romano y luego al Bizantino. Hoy el sitio es probablemente el más turístico de Jordania y visitado anualmente por centenares de miles de turistas. Patrimonio de la Humanidad desde 1985, es una de las Siete Maravillas elegidas en 2007 y cuenta hoy con una oferta de casi 30 hoteles y más de 500 habitaciones. Cuenta con dos museos de sitio y una autopista que pone al complejo a apenas un par de horas desde Amman, capital de Jordania.

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OVNIS Y CIUDADES PERDIDAS.

La Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal es la más sobrenatural de todas las entregas. El tesoro a perseguir, en este caso, es la calavera de cristal de un extraterrestre que visitó la Tierra hace miles de años e interactuó con civilizaciones precolombinas. Pero el filme comienza mucho antes, en el ficticio Mashall College, donde Indy es profesor, en Connecticut. Muchas de las escenas de esa primera parte, cuando conoce a quien se develará posteriormente como su hijo Mutt (Shia Lebouf), y son perseguidos por agentes de la KGB, se desarrolla efectivamente en Connecticut. Curiosamente, el bar donde Indy y Mutt se conocen y dialogan por primera vez se encuentra en un set de los estudios Paramount, en Hollywood. La persecución de los agentes de la KGB por todo el campus del Marshall es, en realidad, la Universidad de Yale.

Tras escapar de los esbirros comunistas, padre e hijo toman un avión hasta el Aeropuerto de Nasca, en Perú. Pero se trata en realidad del Eagle Field, un aeropuerto devenido en museo histórico que se encuentra unos 40 kilómetros al oeste de Fresno, California, y que fuera campo de entrenamiento del Cuerpo Aéreo del Ejército.

El recorrido posterior por la selva de la Amazonía peruana, es en realidad un periplo por las junglas de Belice, con una polémica recorrida por las Cataratas del Iguazú (ver aparte), y concluye en la mítica ciudad de oro de Akator (un eufemismo que hace alusión a la leyenda de Eldorado).

La cereza del postre es la escena final: el casamiento de Indy con Marion Ravenwood (Karen Allen), al que asiste como invitado excluyente el hijo de ambos, Mutt. La ceremonia se realiza en la Primera Iglesia Cristiana del Norte de Hollywood, en el 4390 de Colfax Avenue, en Studio City, Valle de San Fernando. Los fuertes rumores indican que, esa última escena cuando una ráfaga de viento lleva el tradicional sombrero de Indy a los pies de su hijo Mutt, deja entrever una quinta película de la saga en la que el inusual y valiente arqueólogo le pasará el cetro a su retoño.

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¿INDY ESTUVO EN IGUAZU?

Una de las escenas más fuertes del último filme de la tetralogía, Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, es cuando un vehículo anfibio cae por unas cataratas que tiene varios saltos o niveles. Hay una polémica al respecto. Si bien no se revela que fuera filmada en las Cataratas del Iguazú (modificadas luego digitalmente), al parecer un equipo de filmación estuvo presente y grabó la caída de un anfibio, al que luego le incorporaron digitalmente a los protagonistas. Pero además, se combinaron digitalmente “nuestras” cataratas con las Kulaniapia Falls, sobre el río Waiau, cerca de Hilo, en la Isla de Hawaii.

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